Volumen 8 número 3 - Diciembre 2011
ISSN 0718-0918
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Síndrome de Gianotti-Crosti: reporte de dos casos y Revisión de la literatura
Sergio Niklitschek a, Dr. William Romero1, Dra. María Soledad Zegpi 1
Escuela de Medicina a y Departamento de Dermatología 2
Pontificia Universidad Católica de Chile.

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Introducción

El síndrome de Gianotti-Crosti (SGC), también llamado acrodermatitis papular de la infancia, es un exantema infrecuente de la infancia, que se presenta generalmente en niños entre 1 y 6 años de edad [1].  Dado que estos pacientes generalmente son llevados a su pediatra, es fundamental que el clínico conozca las características fundamentales de este síndrome.A continuación se reportan los casos de dos pacientes que consultaron en el Servicio de Dermatología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, por un cuadro compatible con SGC. A propósito de los casos,  se presentan los aspectos más relevantes sobre esta patología.

Reporte de los casos

CASO 1. Paciente mujer de 7 años, sin antecedentes mórbidos de importancia. Fue traída por sus padres por un cuadro de 48 horas de evolución, caracterizado por un exantema pápulo-vesicular con compromiso de cara, nalgas y zonas extensoras de las cuatro extremidades. Las lesiones no eran pruriginosas y la paciente no presentaba otras molestias. Se le explicó a los padres la naturaleza benigna de la enfermedad y luego de 10 días, el cuadro se resolvió espontáneamente.

CASO 2. Paciente de 1 año, sin antecedentes mórbidos de importancia. Fue traída a nuestro servicio por un cuadro de 3 días de evolución, caracterizado por lesiones papulares no pruriginosas de distribución acral, sin compromiso del estado general. El cuadro se resolvió espontáneamente dentro de 2 semanas.

Discusión

El SGC es un exantema infrecuente, descrito por primera vez en 1955 por Fernando Gianotti [2]. Su presentación clásica es la de un exantema simétrico de distribución acral, que afecta principalmente a niños entre 1 y 6 años de edad, sin predilección por etnia o género [3,4]. La incidencia y prevalencia del SGC son desconocidas. Sin embargo, dado que los pacientes pueden ser diagnosticados con un exantema viral inespecífico, probablemente es subdiagnosticado [5].

Generalmente, el SGC es tan característico, que el diagnóstico se realiza de manera sencilla. El cuadro clínico se caracteriza por una reacción pápulo-vesicular asintomática y autolimitada de distribución simétrica en cara, nalgas y superficies extensoras de las extremidades, formando placas o permaneciendo aisladas. El tronco generalmente se encuentra respetado y las lesiones usualmente no son pruriginosas. Dentro de los hallazgos asociados se pueden encontrar adenopatías, hepatomegalia y hepatitis anictérica [6]. La presencia de lesiones en el tronco no excluye el diagnóstico de SGC [7], pero las mucosas y las uñas no se encuentran involucradas [8,9].

En general, el cuadro es asintomático o cursa con escaso prurito y la evolución es relativamente corta y sin complicaciones. Las lesiones se desarrollan a lo largo de 1 a 2 semanas y se resuelven espontáneamente hacia la tercera semana de evolución [10]. En casos raros, las lesiones pueden evolucionar con hipopigmentación o hiperpigmentación postinflamatoria [11]. A pesar de que se han descrito recurrencias [12], éstas son muy infrecuentes.

La etiopatogenia del SGC no ha sido completamente dilucidada, pero se ha postulado que las lesiones resultarían de una reacción de hipersensibilidad retardada gatillada por una infección viral [13]. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, no se realiza estudio etiológico.

La posibilidad de una etiología viral se sospechó durante muchos años y en la década de 1970, diferentes grupos confirmaron una asociación con la infección por el virus de la hepatitis B (VHB) [6,14]. Sin embargo, un estudio retrospectivo realizado en 1992 [15] reveló que la asociación con el VHB se encontraba en menos del 25% de los pacientes. El otro 75% de los pacientes presentaba otras infecciones virales y no fue posible realizar una distinción clínica entre ambos grupos.

Según estudios más recientes, el VHB parece haber sido superado considerablemente por el virus de Epstein Barr (VEB). En el trabajo de Zawar y Chuh realizado en 2004 [16], se analizaron muestras serológicas de 89 niños diagnosticados con SGC en una clínica dermatológica en India en un periodo de 6 años. Sólo se detectó el antígeno de superficie del VHB en uno de los pacientes. Una de las explicaciones que se han postulado para explicar la disminución del VHB son las masivas inmunizaciones contra esta enfermedad [4]. 

Actualmente,  numerosos estudios confirman que el VEB es la causa más frecuente de SGC [17-19]. Adicionalmente, otros virus se han asociado al SGC, incluyendo el virus de la hepatitis A [20], citomegalovirus [21], virus herpes 6 [22], coxsackie [23], rotavirus [24], parvovirus B19 [25], molusco contagioso [25], virus de la inmunodeficiencia humana [26], virus respiratorio sincicial [27], virus de la parotiditis y virus parainfluenza 1 y 2 [28].

Bacterias como Bartonella henselae [29], Mycoplasma pneumoniae [30], Streptococcus β hemolítico [27] y Borrelia burgdorferi [31], también han sido reportadas como potenciales agentes causales, a pesar de que hay pocos casos reportados. Además, también se ha descrito SGC posterior a inmunizaciones con las vacunas triple viral (parotiditis-rubéola-sarampión), DPT (difteria-pertussis-tétanos), influenza y BCG (tuberculosis) [32,33]. Sin embargo, la asociación temporal podría ser una simple coincidencia, sin haber una verdadera relación causal.

En el trabajo de Chuh y colaboradores [34], se definieron criterios diagnósticos del SGC, que posteriormente fueron validados en una población de niños de India [35]. Un paciente es diagnosticado con SGC si cumple las siguientes cuatro condiciones: (1) Por lo menos en una ocasión o consulta clínica, presenta todas las características clínicas positivas; (2) en todas las ocasiones o los encuentros clínicos relacionados con el exantema, no presenta ninguna de las características clínicas negativas; (3) según el juicio clínico, ninguno de los diagnósticos diferenciales se considera más probable; (4) y en caso de que se realice una biopsia, los resultados son compatibles con SGC.

Las características clínicas positivas descritas por Chuh son (1a) la presencia de lesiones monomorfas, aplanadas, de color rosado-parduzco, con forma de pápulas o papulovesículas de 1-10 mm de diámetro, en al menos tres de los siguientes cuatro lugares: las mejillas, las nalgas, las superficies extensoras de los antebrazos y superficies extensoras de las piernas; (1b) compromiso simétrico; y (1c) duración de al menos 10 días. Las características clínicas negativas son (2a) compromiso extenso en tronco y (2b) presencia de lesiones descamativas. Los diagnósticos diferenciales son acrodermatitis enteropática, eritema infeccioso, eritema multiforme, síndrome pie-mano-boca, púrpura de Schönlein-Henoch, enfermedad de Kawasaki, liquen plano, urticaria papular, síndrome papular purpúrico en guante y calcetín y la sarna.

Dado que el SGC tiene un curso autolimitado y se asocia a escasa sintomatología, en la mayoría de los casos no es necesario tratar a los pacientes. Si las lesiones son pruriginosas, antihistamínicos orales podrían ser de utilidad [4].

Figuras

Referencias

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