Volumen 15 número 1 - Abril 2018
ISSN 0718-0918
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Editorial
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CEREMONIA DE GRADUACIÓN ESPECIALISTAS 2018

Es para todos quienes formamos parte del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Norte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y del Hospital Roberto del Río, una inmensa alegría, y mayor orgullo, reunirnos, esta mañana, para celebrar a treinta de nuestros queridos alumnos de postgrado, que culminan su período de formación. Los protagonistas de esta fiesta, son 23 especialistas y 7 sub especialistas, que hoy se visten…y nos visten, de gala, a todos quienes hoy los acompañamos, incluyendo a aquellos que queriendo estar, no les ha sido posible asistir.

Queridos graduados, han finalizado con éxito el enorme reto que significa la especialización médica. Con esta ceremonia, deseamos enaltecer y resaltar este tan trascendental momento de su vida profesional, cual es, el cruce del umbral de aprendiz a experto. Permítanse un solaz, un momento de tranquilidad, aquí sentados, sin riesgo de que los llamen para ver a algún paciente o atender una emergencia, porque hoy, es su día especial. Otórguense un momento en sus mentes, para atesorar este rito de despedida, ahora que las emociones y experiencias son aún, demasiado intensas y vivas, como para imaginar que el tiempo pueda borrarlas. Recuerden las dudas y temores que los envolvieron al enfrentarse al desafío de tomar la decisión y escoger su especialidad. Evoquen la sensación de triunfo cuando ganaron la beca. El primer día. La inquietud ante la inmensidad de lo desconocido. Inmensidad que ya es apenas un punto de luz, que señala los continuos apremios, desvelos, y amenazas de fracaso, por los que debieron atravesar antes de llegar a la meta.

Han aprendido y construido confianza, tanto a partir de lo que no salió bien, como de lo que fue positivo. Lo consiguieron. Hicieron realidad un Sueño. En esta despedida, permítanse perdonar sus errores y también perdonar a aquellos que pudieron cometerlos, y que sin proponérselo, los afectaron o los hirieron.

Sin duda, este hito profesional que hoy finalizan, no simboliza en ningún caso el último eslabón en la cadena de esfuerzos y afanes, propios y de sus familias, que de seguro todavía enfrentarán, pero sí, un cambio en la travesía de su peregrinaje profesional, en el que continuarán necesitando la determinación y el carácter que distingue a quienes eligen la medicina como profesión. Han alcanzado una cumbre muy alta. Seguramente, y ojalá, así sea, querrán ir por la de más arriba. Distínganse y regocíjense, por lo que han conseguido. Ilusiónense imaginando vuestro porvenir. Eso sí, no olviden que la libertad, la emancipación y la autonomía, conllevan obligaciones, responsabilidades y deberes. Desde luego, y en primer lugar, con quienes son el centro de nuestro quehacer; los niños, nuestros pacientes. También, ofreciendo el debido respeto al trabajo incansable de nuestros antecesores, que mediante sacrificios, arrojo y audacia, ganaron este prestigio histórico que enviste a los egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, como médicos de excelencia. Y, muy especialmente, abracen férreamente el compromiso de trabajo que han adquirido y les espera a partir de ahora, en diversos lugares de Chile.

Queridos graduados, durante estos años de estudio y trabajo, han adquirido las competencias clínicas, procedimentales, académicas y actitudinales, que les permitirán ejercer en cualquiera de los servicios de salud del país, para garantizar cuidados y una atención profesional de alta calidad a sus pacientes, enmarcando siempre su quehacer, dentro de un proceder ético y compasivo hacia los enfermos, sus familias y hacia sus compañeros de trabajo y personal colaborador. Sabemos que son ustedes, mucho más que solo sobresalientes especialistas. Son médicos íntegros. Sean fieles exponentes de los preceptos éticos y morales, propios de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y lleven el estandarte de su vocación para sustentar las políticas de salud pública y comunitaria, que respondan a las necesidades globales del país.

Conviértanse en líderes, no solo desde la mirada científica, sino también por sus valores humanos, aquellos que siempre los llevarán a considerar al paciente pediátrico, sea un recién nacido prematuro, un adolescente o un niño en cualquier edad del espectro infantil,  como una persona, con su propio contexto de salud o enfermedad, cuyo entorno incluye a su familia y a la sociedad que le es propia. Por eso creo representar el sentir de todos quienes hemos sido parte de su formación, al decirles que tenemos confianza en que sabrán adecuarse a los distintos niveles de complejidad, que encontrarán en sus Centros de salud. Les encomendamos, por favor, que sean capaces de adaptarse a los escenarios locales, donde hayan sido destinados. No dejamos ni el menor espacio a la incertidumbre, porque estamos ciertos de que cumplirán eficientemente con su labor asistencial, manteniendo un profundo compromiso con la comunidad en la que se desempeñarán, y que depende directa o indirectamente de su ejercicio.

Así como hoy los celebramos a ustedes, también durante esta semana, se ha celebrado en los demás campus de nuestra Facultad, el egreso de especialistas del área de la medicina infantil…no en un número tan grande, y de todas las disciplinas. No olvidemos que, esta, su Universidad, forma a más del ochenta por ciento de los especialistas que ocupan destinos a lo largo de todo Chile. No obstante, no parece ser suficiente. Sigue habiendo amargas inequidades en la atención de salud. En particular, en las regiones, ciudades y pueblos más lejanos y desposeídos. Es cierto que ustedes han logrado competencias procedimentales sostenidas por una sólida base científica y un completo conocimiento de la patología de cada una de sus áreas. Están capacitados para la realización de diagnósticos, tratamientos, médicos y quirúrgicos, enmarcados en los estándares técnicos y tecnológicos más altos, para tratar con éxito a los  pacientes.

Por ello, les pedimos de corazón; no se desanimen si la realidad y el contexto local al que se integren, les parece difícil, hostil o, inferior en recursos e infraestructura, al que aspiraban. Así es nuestro país. Luchen, creen y crean. Siéntanse con la libertad, y hasta con la obligación, de liderar las mejoras e innovaciones que estimen convenientes, en todos los niveles, especialmente en las áreas de prevención y promoción de salud de sus pacientes pediátricos.

Es perentorio, si queremos mejorar la salud de nuestro país y acercar las oportunidades de una vida mejor para nuestros niños, que ustedes comanden sus grupos de trabajo, sean capaces de diseñar y llevar a cabo programas de acción, tanto en lo referente a los pacientes en particular, como haciendo frente a dificultades más colectivas dentro de su campo de ejercicio. Reúnanse y participen. Involúcrense en la educación de su comunidad, del personal de salud, no solo de los médicos, de todos con quienes requerirán trabajar en conjunto, en beneficio del desarrollo de su centro de salud. Vayan a conocer, recorran su lugar de trabajo, preséntense y conozcan a la mayor cantidad de personas que trabajen allí. No se aíslen.

Pueden hacer eso. Chile, la salud de nuestra comunidad, la salud y bienestar de los niños chilenos y no chilenos, necesitan que lo hagan. Como ejemplo de lo señalado, una mención y deseo especial de éxito para la Dra. Claudia González, que fue, es y será antofagastina. Ella vino a hacer su especialidad a Santiago y ahora parte a Osorno a ejercer como pediatra. También, al Dr. Felipe Leiva. Ánimo y voluntad, en San Antonio. Pueden hacer grandes cosas…si se empeñan. Lo mismo les decimos a quienes tienen la suerte de regresar a su tierra, Maricarmen Guerra a Temuco y Camila Jerez, a Concepción. Y, por supuesto, a los que se quedan con nosotros, o cerca. En el servicio de Neonatología del Hospital San José, Fran Álvarez, Tania Cariqueo, Paulina Gajardo e Isabel Millar. En nuestro Hospital Roberto del Río, ganamos a Valentina Arancibia y a mis queridas cirujanas, Leonor Muñoz y Javiera Rodríguez, en urgencia. A Marco Acuña en UCI, pero también, al igual que Alexandra Berger, como docentes en nuestro Dpto. He nombrado a algunos, pero el deseo de éxito y bienestar, es para todos el mismo. A todos ustedes,  les encargamos; Trabajen para disminuir las brechas de atención a lo largo de Chile. Como egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, tienen un compromiso irrenunciable con la humanización de la medicina y un actuar integral hacia el paciente y su familia, considerando todos los componentes, tanto psicológicos, biológicos y sociales del ser humano. Estamos confiados en que mantendrán lazos permanentes con la investigación básica o clínica, y permanecerán activos en la participación de reuniones de la especialidad, sociedades y eventos científicos, afirmando así su inclinación por el estudio y perfeccionamiento permanente.

No olviden el compromiso con la formación de estudiantes de pre y postgrado, y cultiven el hábito de estudio e inquietud por permanecer al día en todos los progresos que necesariamente aparecerán en el transcurso de su vida profesional. Ustedes tienen en sus manos la salud de nuestros niños chilenos.

Los frutos de Nuestro Departamento son ustedes, nuestros médicos residentes, que representan el esfuerzo y dedicación de médicos de reconocida trayectoria en el campo asistencial y docente dentro de las especialidades pediátricas, comprometidos desinteresadamente con vuestro aprendizaje.  Aprovecho de felicitar y agradecer a todos los Jefes de Programas, coordinadores y académicos del Departamento  y médicos del Hospital Roberto del Río, a nuestros queridos colaboradores directos, en especial a Francisca Miranda, por el extraordinario resultado que vemos plasmado en quienes hoy son ya pediatras, cirujanos infantiles, neuropediatras, cardiólogos, broncopulmonares, hémato-oncólogos e intensivistas. Y a ustedes, queridos nuevos especialistas y también a sus familias, padres, hermanos, esposos, hijos que hoy los acompañan, les deseamos éxito y felicidad.  Recuerden que pueden volver cuando lo necesiten o deseen. Siempre serán recibidos con alegría. Confiamos en que ustedes, alumnos queridos, sabrán perpetuar las más antiguas y nobles tradiciones de nuestra profesión. Recuerden que el niño, siempre debe representar para nosotros, un ser de misterio y maravilla.

Dra. Carmen Gloria Rostion Allel
Editora
Directora Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil
Campus Norte
Universidad de Chile

Revista Pediatría Electrónica
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