La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar a los recién nacidos, pero resulta contraproducente si la madre presenta una enfermedad que afecte este proceso natural(1), como la depresión postparto (DPP), una complicación psiquiátrica frecuente en el puerperio que influye en la salud de la madre y del lactante(2). El tratamiento farmacológico consiste en la administración de antidepresivos, considerándose los riesgos y ventajas, algunos ISRS se destacan por su menor detección en la leche materna(3); por ello la Sertralina puede ser el más seguro, el lactante ingiere cantidades pequeñas y generalmente no se detectan en el plasma(4). También se requiere de consejería por la incertidumbre de continuar o no amamantando(5). |