DR. MARIO FERREIRO SERRANO
SEMBLANZA DE UN GRAN AMIGO, COLEGA Y COMPAÑERO DE TRABAJO POR MUCHOS E INOLVIDABLES AÑOS
El jueves 6 de Mayo de 2021 nos dejó Mario, rodeado del cariño de toda su hermosa familia, cerrando su personal ciclo vital.
Nos conocimos en el Hospital de Puerto Montt, en el año 1962, donde él estaba cumpliendo su estada de post beca del Servicio Nacional de Salud. Estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, recibiendo su título de médico cirujano el año 1956. En ese tiempo, el Servicio Nacional de Salud, ofrecía la posibilidad de hacer una beca primaria de especialización u optar por ser médico general de zona y después de unos años elegir una especialidad. Mario optó por especializarse en Pediatría. Su formación como Pediatra la hizo en la prestigiosa Cátedra de Pediatría del Dr. Julio Meneghello. Fue uno más de un grupo de Especialistas que recién habíamos terminado nuestras respectivas becas de Especialización. Puerto Montt había sufrido los efectos del terrible terremoto del año 1960 y se encontraba en un estado de destrucción que congelaba el alma.
Sin embargo, este grupo de jóvenes médicos todos contratados en el sistema público fue una inyección de optimismo para los habitantes de esa ciudad y todos los pequeños pueblos cercanos. Ante tanta desgracia, el empuje y deseos de servir de este equipo de jóvenes médicos fue un bálsamo que de alguna manera contribuyó a levantar las esperanzas en esta sufrida población.
Mario con la excelente formación recibida y su generosa entrega en el trabajo diario, con alegría y sentido de compromiso social, fue parte muy importante de esa época. Su alegría de vivir, buen humor, simpatía, generosidad se ganó la amistad de todos sus compañeros de trabajo en el Hospital y en la Atención Primaria.
Al terminar su período en provincia, se reincorporó a la Catedra del Dr. Julio Meneghello, donde junto con la Dra. Mafalda Rizzardini emprendieron la tarea de estudiar los problemas de salud y mejorar la atención de los recién nacidos, grupo etario que no estaba dentro de las prioridades en salud en la población pediátrica. La mortalidad infantil en esa época estaba en las enfermedades del lactante que se morían de desnutrición, diarrea con deshidratación, bronconeumonía y por enfermedades infecciosas.
En esos años, la Cátedra de Pediatría del Dr. Meneghello, con el apoyo de Organización Panamericana de Salud, organizó Cursos Internacionales de Pediatría Clínica y Social, que incluían diversas materias de la salud pediátrica tanto a nivel clínico como en la Salud Pública, que despertó gran interés en los países de la región. Mario, junto a un destacado grupo de docentes participó activamente en éstos. La difusión de la excelencia de estos Cursos en Latinoamérica generó la llegada anual de un numeroso grupo de pediatras de países de Centro y Sudamérica, en la búsqueda de mejorar sus conocimientos, a la Cátedra del Profesor Meneghello.
A fines de la década de los 60, Mario Ferreiro obtuvo una beca de especialización en el Departamento de Neonatología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Vermont, que dirigía el Profesor Jerold Lucey. Con él, publicó sus investigaciones sobre el efecto de la Fototerapia en la Hiperbilirrubinemia del Prematuro (Pediatric Research, 1967), artículo que marcó un hito en el manejo de esta condición patológica.
A su regreso a Chile, mantuvo su relación con el Dr. Lucey colaborando en otras investigaciones que permitieron un gran avance en la Neonatología.
Por esa época, conoció a Ana María, quien estaba cursando su internado en el Hospital Roberto del Río. El enamoramiento fue instantáneo. Se casaron el 12 de enero de 1979, llegando a formar en el curso del tiempo una hermosa familia.
En la década de los 70, junto a un grupo de destacados neonatólogos expusieron ante el Ministerio de Salud de la época, un minucioso análisis de las tendencias de la mortalidad infantil en Chile, dando cuenta que el descenso en este indicador de salud pública se habían logrado especialmente en la edad del lactante, gracias a la implementación y desarrollo de programas diseñados para combatir la desnutrición, nuevas fórmulas para hidratación de lactantes con diarrea, además de la aparición de nuevos antibióticos y vacunas para enfrentar las enfermedades infecciosas.
Se formó una Comisión asesora a nivel Ministerial en la que participó el Dr. Mario Ferreiro, junto con los Drs. Juan Pablo Beca, Sergio Vaisman y Rubén Mahler. Este grupo publicó en la Revista Pediatría del Hospital Roberto del Río un artículo “Implementación en la atención neonatal en Chile”, en que daban cuenta que la mortalidad perinatal (Mortalidad perinatal tardía y mortalidad neonatal precoz) no había variado en el curso de esos años. Para intentar modificar estos índices promovían desarrollar Unidades de Cuidado Intensivo neonatal en determinados ciudades, capitales de provincia, a Recién nacidos enfermos o prematuros y organizar un programa de regionalización de la atención Neonatal en que se pudiera otorgar atención neonatal básica en Hospitales pequeños para recién nacidos sanos, pero con la posibilidad de traslado a Unidades mejor dotadas de recursos para la atención de recién nacidos que requirieran cuidados más complejos y a prematuros.
El Ministerio comprendió la importancia de esta iniciativa y otorgó el financiamiento necesario. Se programaron seminarios de actualización en patología neonatal en todo el país y se inició la compra de la tecnología necesaria para las Unidades neonatales más complejas. Gracias a lo anterior, se logró una notable mejoría en los índices de mortalidad perinatal, que colocó a Chile en una posición de avanzada en esta área de la Salud Pública.
En Santiago de Chile, el Dr. Mario Ferreiro se incorporó a un grupo de neonatólogos proveniente de distintos Hospitales de Santiago que implementaron una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal en la Clínica Alemana, que marcó un notable avance en la atención privada del recién nacido y el prematuro.
He aquí una breve síntesis del importante rol que jugó el Dr. Mario Ferreiro en la neonatología del país. Pero más allá de estos logros profesionales, cabe mencionar los atributos personales que conocimos quienes por tanto tiempo trabajamos junto a él: caballerosidad, generosidad, simpatía, espíritu de colaboración, rigurosidad intelectual, humildad, gran sentido del humor y jovialidad.
Descansa en Paz querido amigo y agradecemos a Dios haber podido compartir contigo en lo profesional y en lo humano tu presencia entre nosotros.
Dr. Lionel Bernier V. |