Antecedentes: La invaginación intestinal es considerada una emergencia médico-quirúrgica de causa idiopática. Su prevalencia aproximada es de 10 casos/año presentándose principalmente en el lactante entre 6 y 12 meses de edad. La literatura científica describe que la tríada clásica de: dolor abdominal agudo, rectorragia en jalea de grosella y masa palpable. Cada vez es menos frecuente en la práctica clínica y en los resultados de nuestra revisión, sólo un 7% cumplió con éste criterio, desafiando al pediatra a profundizar el análisis de cada caso y la pertinencia de pruebas de laboratorio y/o imágenes diagnósticas. La ecografía abdominal es el método de elección para confirmar el diagnóstico y establecer la modalidad terapéutica. Mientras más precoz se solicite, aumenta la probabilidad de una desinvaginación hidrostática, evitando la resolución quirúrgica, disminuyendo los riesgos y costos en salud que ésta conlleva.

Objetivo: Determinar la importancia de solicitar precozmente la ecografía abdominal ante la sospecha de invaginación intestinal.

Métodos: Se realizó un estudio longitudinal retrospectivo descriptivo, en el que se revisaron las fichas electrónicas de pacientes que consultaron el Servicio de Urgencia de la Clínica Dávila cuyo diagnóstico fue invaginación intestinal, entre el 2010 y 2021. Las variables consideradas fueron: (a) solicitud de ecografía abdominal, (b) examen solicitado temprano o tardío, y (c) presencia o ausencia de triada clásica.

Resultados: En la década revisada, un total de 99 pacientes presentaron invaginación intestinal. A todos se les solicitó eco abdominal, de ellos el 92.9 % no cumplieron con la triada, de éstos al 81.5% se realizó eco temprano y al 18.5% tardío. Por otro lado, del 7.1% que cumplieron con la triada, al 57.1% se solicitó eco temprano y al 42.9% eco tardío, destacando que al 57.2% de esta muestra se les realizó desinvaginación quirúrgica.