Introducción 
              Los  pseudotumores inflamatorios se enmarcan dentro de las proliferaciones pseudosarcomatosas  reactivas. Estas son lesiones no neoplásicas que aparecen en respuesta a algún  traumatismo localizado (físico o isquémico), o bien son idiopáticas. Están  compuestas por fibroblastos gruesos reactivos o células mesenquimatosas afines.  Desde el punto de vista clínico resultan alarmantes porque aparecen  bruscamente, crecen rápidamente y su histología produce más inquietudes,  permitiendo que se confundan frecuentemente con los sarcomas, debido a su  hipercelularidad, su actividad mitótica y su aspecto primitivo (1). Se pueden  encontrar en cualquier tejido, reportándose con mayor frecuencia en el aparato  respiratorio, vejiga urinaria, cerebro, ojo, pericardio, corazón, linfonodos,  pelvis y tubo digestivo. Los del tracto digestivo son raros y de etiología  oscura. Su sintomatología depende de su ubicación (2).  
               El caso  que se presenta a continuación es de particular interés, dada la baja  frecuencia de esta patología y la forma de presentación del cuadro, que orientó  en primera instancia hacia etiologías del ámbito ginecológico.  
              Caso  clínico 
              A.M.O. es  una paciente de sexo femenino, de 14 años 8 meses, con residencia en Ovalle.  Tuvo su menarquia a los 12 años. Desde el  segundo a tercer ciclo menstrual comienza a presentar metrorragias de  aproximadamente 1 mes de duración, con coágulos, por lo cual consulta a varios  ginecólogos. La paciente es sometida a varias ecografías, las que fueron  informadas normales. Se le indican anticonceptivos orales por 3 meses,  obteniéndose respuesta parcial. Se le pesquisa  también anemia microcítica hipocroma, la cual se trata con fierro durante 6  meses. 
               Es derivada a Hospital Roberto del Río para estudio de  coagulopatía en diciembre de 2001. Los estudios de  factor Von Willebrand y agregación plaquetaria resultaron  normales. Se indica fierro por 3 meses y se realiza control. En la evolución destacan reglas mensuales normales y disminución de peso de 4   kg. El estudio imagenológico informa tumor ovárico  izquierdo en la ecografía, lo cual es confirmado por la tomografía axial  computada posteriormente efectuada. Ante estos  nuevos antecedentes se decide realizar biopsia quirúrgica de la lesión,  encontrándose que ésta correspondía a un tumor de la pared del colon  transverso. La biopsia del tumor indicó que se trataba de un pseudotumor  inflamatorio. Tras la resección de este tumor las metrorragias cesaron.  
              Revisión de la literatura  
              El pseudotumor inflamatorio fue descrito por primera vez en el pulmón  por Brunn en 1939 y fue llamado así por Umiker e Ivorsen en 1954. Desde entonces  estos tumores han sido reconocidos como una lesión poco común que se presenta  en adultos jóvenes. En una revisión bibliográfica publicada por Berardi et al  fueron analizados 181 pseudotumores inflamatorios del pulmón. La edad promedio  de los pacientes fue 29,5 años y el 8,1% estaba entre 1 y 10 años. Los  pseudotumores inflamatorios abdominales fueron reconocidos y reportados por  primera vez por Pack y Baker en 1953, quienes describen uno que se desarrolló  en el hígado, y Soga et al en 1970, quienes describen uno que apareció en el  estómago (3). La  lesión histológica que define a este pseudotumor se compone de una matriz de  miofibroblastos en donde se hallan proporciones variadas de miofibroblastos,  células plasmáticas, histiocitos, linfocitos y células mononucleares. La  predominancia variable de alguno de estos grupos celulares ha propiciado la  aparición de nomenclatura confusa (granuloma de células plasmáticas,  histiocitoma, xantofibroma, tumor miofibroblástico inflamatorio, pseudosarcoma)  (2, 4, 5). Sanders et cols (2) señalan que se han  reportado casos de pseudotumores inflamatorios del tubo digestivo asociados a  enfermedad de Castleman, linfoma de Hodgkin, úlcera péptica, enfermedad de  Behçet, infecciones crónicas (Campylobacter  jejuni, Helicobacter pylori),  post-traumático y post-quirúrgico, apoyando la hipótesis de que se trata de una  reacción reparativa inflamatoria exagerada al trauma o la infección. Katara  et cols indican, por otro lado, que recientemente se ha implicado a la kinasa  del linfoma anaplástico (ALK), marcador de linfoma anaplástico de células  grandes, en la génesis de algunos pseudotumores en niños y adultos jóvenes.  Asimismo se ha visto que una proporción de pseudotumores inflamatorios del  hígado representa una forma peculiar de tumor de células dendríticas  foliculares asociadas a virus de Epstein-Barr. Otros casos corresponden a  neoplasias miofibroblásticas o fibroblásticas verdaderas (5).  
               Las lesiones  pseudotumorales inflamatorias suelen crecer lentamente (2, 6), no generan  metástasis y raramente invaden estructuras adyacentes (3, 5, 6), sin embargo,  se han reportado casos raros de progresión a malignidad tras recurrencias  sucesivas (2). Todos los autores revisados indican que el tratamiento de  elección es la resección completa del tumor, pero aun así se han visto algunos  casos de recurrencia local. Sanders et cols indican que las  recurrencias documentadas (18 – 40% en su revisión), parecen ser más frecuentes  en lesiones extrapulmonares, las que son mayores de 8 cm. y las localmente invasoras  (2, 5). Se sugiere la resección completa de las recurrencias, aunque hay  reportes de resolución espontáneas en hígado y pulmón (2, 3, 5, 6). En cuanto a  la radioterapia, se ha reportado útil en recurrencias y grandes tumores (6) y  en casos de pseudotumores pulmonares que no se pueden resecar (2), pero la  experiencia documentada es muy poca como para considerarla una alternativa.  
               Como resumen conviene  decir que los pseudotumores inflamatorios del tracto digestivo son  infrecuentes, darán una clínica dependiente de su ubicación y pueden simular o  causar otros problemas quirúrgicos mucho más comunes. El tratamiento de  elección será la resección quirúrgica, puesto que otras terapias adyuvantes han  mostrado un rol limitado. Los pacientes requieren un seguimiento clínico  estrecho con exámenes tomográficos y estudios seriados de VHS para detectar  recurrencias (2).  
              Es importante tener presente esta lesión  principalmente debido a que, por las características que se han comentado y  hallado en la literatura, el clínico puede llegar fácilmente a pensar en el  desarrollo de una patología maligna en una situación que no es tal y que por lo  tanto presenta importantes diferencias en cuanto a su tratamiento y pronóstico.  
              Referencias 
              
                - Rosenberg A. Tumores y lesiones pseudotumorales de los tejidos blandos.  En: Cotran R., Kumar V., Collins T. (Ed) Patología Estructural y Funcional de  Robbins (6ª Ed.), Mc Graw Hill – Interamericana, 2000, Capítulo 28, p.1307.
 
                - Sanders B., West K., Gingalewski C., Engam S., Davis M., Grosfeld J. Inflammatory  Pseudotumor of the Alimentary Tract: Clinical and Surgical Experience. J Pediatr Surg 2001; 36:169-73.
 
                - Scott L., Blair G., Taylor G., Dimmick J., Fraser G. Inflammatory  Pseudotumors in Children. J Pediatr Surg 1988; 23: 755-58.
 
                - Hartman G., Shochat S. Primary Pulmonary Neoplasms of Childhood: A  Review. Ann Thorac Surg 1983, 36: 108-19.
 
                - Katara A.,  Chandiramani V., Dastur F., Deshpande R. Inflammatory pseudotumor of ascending  colon presenting as PUO: A case report. Indian J Surg 2004; 66: 234-236. [Citado 28  marzo 2006] Disponible en internet: http://www.indianjsurg.com/article.asp?issn=0972-2068;year=2004;volume=66;issue=4;spage=234;epage=236;aulast=Katara
 
                - Freud E., Bilik R., Yaniv I., Horev G., Cohen D., Mimouni M., Zer M.  Inflammatory Pseudotumor in Childhood: A Diagnostic and Therapeutic Dilemma. Arch Surg 1991; 126: 653-55.
 
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