La  formación de la pediatría y sus implicancias en el desarrollo del país es un  elemento clave para el cuidado y protección de la Infancia, su entorno y el  riesgo futuro, en especial de ayudar a potenciar la mejor salud y calidad de  vida posibles como en evitar el desarrollo de patologías del adulto. El  Pediatra tiene en sus manos el deber de proteger, atender, cuidar y promover la  salud infantil y del adolescente. El pediatra se involucra desde los primeros  días de vida junto al núcleo familiar en el cuidado del recién llegado y  acompaña en este proceso de aprendizaje a la familia. Asume un rol clave en la  protección y asistencia del desarrollo tanto físico como mental del niño y sus  consejos e intervenciones son determinantes en la salud y buen desarrollo de  cada niño.  Esta responsabilidad recae a  la vez en los entes formadores, donde se incuba y desarrolla al futuro pediatra  y aquí es donde quiero poner atención. 
               Hoy  las Universidades y el perfil de desarrollo académico, en especial en el ámbito  pediátrico sufren lo que la sociedad también sufre. Una sociedad donde se  prioriza el consumo y la satisfacción casi inmediata de necesidades y gustos,  donde los proyectos son más personales que colectivos, donde el tiempo personal  y la autosatisfacción son muy relevantes, hace que una tarea como la del  profesor Universitario se vea limitada, pues implica gran sacrificio en  formación personal para llegar a ser un académico que permita a sus alumnos  crecer y desarrollarse, asociado a una remuneración muy poco atractiva. Hoy el  pragmatismo imperante no deja ver lo trascendente y relevante de esta misión, y  compite deslealmente con aquellos principios que la Universidad tiene, como son  la búsqueda de la verdad, el desarrollo del conocimiento marcado por valores  éticos y de entrega sin límites a nuestros educandos. 
               Hoy  nuestro Departamento ha perdido a muchos de sus otrora profesores emblemáticos,  quienes marcaron una época en la pediatría Moderna, fueron la bisagra entre lo  clásico de la medicina de cátedras a la formación en equipos. Hoy tenemos el  desafío de entusiasmar a jóvenes talentos a integrar las filas de la academia,  y lo estamos logrando pues en estos últimos años se han integrado a nuestro  Departamento jóvenes profesionales que están en búsqueda y que quieren aportar  al desarrollo de otros. A ellos nuestro agradecimiento, pues son la generación  de recambio que permitirá a la Universidad de Chile afrontar los desafíos que  estos tiempos requieren. 
              Dr. Jorge Mackenney Poblete 
                Profesor Asociado de Pediatría  
                Facultad de Medicina Universidad  de Chile  |