Marco teórico  
              Los bezoares corresponden a masas sólidas formadas  por elementos deglutidos por el paciente, y digeridos en forma incompleta como  fibras o restos de comida. Por lo general afectan el estómago, aunque se ha  reportado compromiso de cualquier área del tubo digestivo. Su formación puede  dar distintos cuadros clínicos, principalmente obstrucción del tránsito  intestinal y sus complicaciones. Se clasifican principalmente en tres tipos de  acuerdo al material que los compone: 
              
                
                  - Fitobezoares, compuestos de fibra vegetal, son el subtipo más común. Se da en  general en pacientes adultos con antecedentes de cirugía gástrica, disminución  de la acidez o de la motilidad gástrica.
 
                 
                
                  - Tricobezoares, compuestos de pelo, resultan de la ingestión de cabello humano o de  juguetes como muñecas y peluches. El término síndrome de Rapunzel se usa para  denominar los tricobezoares que contienen una larga cola que llega hasta, o más  allá de la válvula ileocecal. 
 
                 
                
                  - Lactobezoar, compuesto de leche. Es propio del lactante y se ha descrito en niños  prematuros, lactantes con lactancia materna exclusiva y en niños alimentados  con fórmula.
 
                 
               
              Los tricobezoares son más comunes en el paciente en  edad pediátrica, de hecho, en un 90% de los casos involucra niñas menores de 20  años, y es raro de observar en pacientes de sexo masculino. Se han asociado a  pacientes con retardo mental, pica y tricotilomanía (cuadro psiquiátrico de  corte ansioso en que el paciente tiene compulsión por tirar y sacarse el pelo).  En un 50%  de los casos existe el  antecedente de tricofagia (pacientes que comen pelo).  
              Los tricobezores se forman gradualmente y  aumentan de tamaño a lo largo de los meses, a medida que el paciente deglute  pelo y éste queda atrapado en la mucosa gástrica. La acción del ácido gástrico denatura proteínas del pelo dando a la masa  en formación un aspecto verde oscuro o negruzco y un olor desagradable. La  sintomatología en general se desarrolla en forma lenta, retardando el  diagnóstico, ya que el antecedente de tricofagia no aparece en forma espontánea  en la historia. Los  síntomas de presentación corresponden a dolor abdominal o epigástrico, náuseas,  vómitos, saciedad precoz, pérdida de peso, hematemesis secundaria a irritación  gástrica y alteraciones del tránsito intestinal como diarrea o constipación. Es  raro el antecedente de expulsión de restos del bezoar en las deposiciones o el  vómito. Al examen físico puede encontrarse una masa palpable no dolorosa en cuadrante  superior izquierdo, además de alopecia y halitosis.  
              El uso de imágenes ayuda en el diagnóstico,  encontrándose distintos patrones de acuerdo al medio diagnóstico utilizado: 
              
              
                
                  - Radiografía simple de abdomen: aparece como una  imagen moteada heterogénea en el cuadrante superior izquierdo, compatible con  un estómago lleno. (Fig. 1). 
 
                  - Radiografía de  abdomen con bario: identifica la presencia de una masa intragástrica libre.
 
                  - Ecografía:  clásicamente se describe como una banda de ecogenicidad aumentada en la región  gástrica, con pérdida de los ecos posteriores. 
 
                  - Tomografía axial  computada de abdomen: muestra una masa gástrica intraluminal con ejes  concéntricos de distintas densidades y aire atrapado. 
 
                  - Endoscopia digestiva alta: Permite la visualización  directa del cuerpo extraño y la determinación del material que lo compone, dato  útil en la determinación de la conducta terapéutica (Fig. 2). 
 
                     
                   
                 
               
              Los bezoares son una causa conocida de síntomas  abdominales crónicos, pero cuando no son diagnosticados oportunamente pueden  dar lugar a serias complicaciones incluyendo ulceración gástrica, sangrado y  perforación, intususcepción y obstrucción intestinal. 
               Con respecto al tratamiento, los fitobezoares son  susceptibles a la disolución enzimática y a la fragmentación endoscópica. En  cambio, los tricobezoares generalmente requieren de un manejo quirúrgico  invasor, a menudo mediante una gastrotomía anterior. Se han intentado múltiples  técnicas endoscópicas para el manejo menos invasor de los tricobezoares con  éxito variable, sin embargo, a menudo requieren de múltiples tratamientos  separados. La fragmentación de los bezoares tiene como riesgo de complicación  la migración de un fragmento hacia distal y su consiguiente impacto en un asa  de intestino delgado, generando una obstrucción intestinal. 
              Un aspecto importante del tratamiento es el  manejo psiquiátrico de estos pacientes, el que es indispensable para prevenir  recidivas. La tricotilomanía se considera una enfermedad del control de los  impulsos. Puede existir en forma aislada y temporal en niños normales, pero  frecuentemente se acompaña de síntomas obsesivo compulsivos, trastornos  ansiosos y del ánimo. La terapia conductual ha sido el eje del tratamiento, y  actualmente se asocia el uso de antidepresivos y otros medicamentos, sin  embargo, se hacen necesarios estudios clínicos controlados para evaluar su real  eficacia.  
              Caso Clínico 
              Nuestro caso corresponde a una niña de 14 años con  antecedentes de tratamiento en salud mental por ingesta de pelo. La paciente  consulta en servicio de urgencia por dolor abdominal intenso y vómitos  biliosos. Al examen físico presenta distensión abdominal y dolor a la palpación  especialmente en epigastrio. 
              
              Con estos antecedentes se plantea la hipótesis  diagnóstica de síndrome de obstrucción intestinal alta, por tricobezoar,  basándose en los antecedentes psiquiátricos de la paciente. Se solicita  una radiografía de esófago, estómago y duodeno con bario (Fig. 3), en la que se  observa, distribución moteada del medio de contraste en estómago, dilatación  gástrica y de la porción más distal del esófago, y escaso paso de medio de  contraste al duodeno. El diagnóstico radiográfico es, por lo tanto, obstrucción  gástrica por cuerpo extraño con dilatación de estómago.  
              Con la información entregada por la radiografía y  los antecedentes de tricofagia de esta paciente, se diagnostica la obstrucción  intestinal y se cree que la causa más probable es un tricobezoar, y se indica  la siguiente conducta terapéutica: 
              
              
                
                  - Hospitalización
 
                  - Descompresión  gástrica por medio de sonda nasogástrica.
 
                  - Hidratación
 
                  - Evaluación rápida  de electrolitos plasmáticos y estado ácido-base. 
 
                  - Extracción del tricobezoar gastrotomía anterior  (Figs. 4, 5)
 
                     
                   
                 
               
              Luego de realizada la  cirugía, se debe evaluar la corrección adecuada de la hidratación, y de los  estados electrolítico y ácido-base. Además es importante considerar el apoyo  nutricional de la paciente, y evaluar la correcta evolución de la herida  operatoria. Finalmente, es de crucial importancia, derivar a la paciente para  evaluación y tratamiento psiquiátrico, con el fin de evitar recidivas. 
              Referencias 
              
                - Lynch K., Feola P., Guenther E. “Gastric trichobezoar: an important  cause of abdominal pain presenting to the pediatric emergency department”,  Pediatr Emerg Care. 2003 Oct; 19(5): 343-7.
 
                - De Backer A., Van Nooten V., Vandenplas Y. ”Huge  gastric trichobezoar in a 10-year-old girl: case report with emphasis on  endoscopy in diagnosis and therapy” J Pediatr Gastroenterol Nutr. 1999 May;  28(5): 513-5.
 
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